Desde
hace ahora más de un año (y esperemos que se quede aquí), se han
repetido hasta la saciedad las palabras pandemia, virus, contagio y
demás.
Y
con exactamente la misma frecuencia se ha escuchado la palabra
normalidad, pues nadie veía (ni ve todavía a día de hoy) el final
de la situación que estamos viviendo en la a día de hoy.
Pero
aquí el matiz es necesario.
¿Qué
queremos?
¿Salir
de ésta y volver a estar como estábamos antes, con todo lo que ello
conlleva (el estrés del trabajo que se desempeñaba: un trabao
precario de muchas horas a cambio de un salario muy bajo; la ansiedad
de la vida tal y como la estábamos viviendo hasta la fecha...) o
crear una vida nueva basada en cuidar lo que tenemos y destinada a
evitar que se vuelva a producir esto mismo?
Apuesto
lo que sea a que todas las personas que lean esto piensan en la
segunda opción como la más sensata...
Pero
lo cierto es que China, la economía más pujante que existe
actualmente, paró su producción cuando ésta se vió afectada por
la pandemia, retomándola, a su vez, en cuanto pudo. Del mismo modo,
la parada que se produjo en este país afectó al mundo entero debido
a que la producción de elementos esenciales para sectores clave como
puede ser la fabricación de coches, estaba subcontratada a fábricas
de este país, y esto no tiene pinta de que vaya a cambiar debido al
bajo coste que supone.
Por
otra parte, últimamente estamos viendo algo totalmente insólito
como es la liberalización de las patentes que, en definitiva, no es
más que renunciar a los derechos que se generarían con la creación
de algo nuevo, algo que puede servir para solucionar un problema
técnico que tienen las personas.
Como
se planteaba en entradas anteriores, un cambio en las reglas del
juego que tenemos ahora, ¿significa romper con todo lo que ya
conocemos?
No.
Y
sí.
El
canal de youtube “cuellilargo” reflexiona sobre este asunto yendo
un poco más allá al preguntarse qué ocurrirá con lo trabajos que
típicamente han desarrollado los seres humanos si a ellos se les
añade la innovación en forma de robots que pasen a desarrollarlos:
en menos tiempo y a menor precio (por no decir a precio cero; sobre
todo en lo referido a conocimiento).
¿Significa
esto que debemos apartarnos?
¿Debemos
apartarnos como raza y dar paso a los robots que serán quienes
acaben con la raza humana? (no, ¿no?)
No.
Hace falta hacerlo, como se dice en mi tierra, con sent4idiño.
La
innovación, como tal no se puede frenar, pero lo que no se puede es
hacer que ésta sirva para que se enriquezcan sólo unos pocos: este
innovación, al igual que las que ya hemos vivido en el pasado (el
uso de robots en cadenas de montaje de automóviles), debe servir
para que nos beneficiemos como sociedad en su conjunto; o como se
dice ahora; o salimos todos o no sale nadie.
El
vídeo mencionado: https://fb.watch/5nKzs8CiCy/