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miércoles, 20 de junio de 2018

Un (pequeño) gran inconveniente en el futuro de la ciencia

El desarrollo de la tecnología de edición genética de la que ya se ha hablado en este blog anteriormente (aquí, aquí y aquí) supone potencialmente un gran avance para la curación de enfermedades de todo tipo que pueda sufrir, a lo largo de su vida, el ser humano. Para hablar en palabras muy sencillas se trataría de cortar el trozo de ADN defectuoso y cambiarlo por otro que estuviera sano, para evitar, de este modo, que se produjese la malformación o se continuase con una enfermedad, cortándola, así, de raíz.

Sin embargo, eliminar de raíz estas mutaciones no sería sino otra forma de interferir con el desarrollo del cuerpo humano. Para hablar de un tema similar y algo más común, la escoliosis: se trata de una corrección natural que hace nuestra propia columna para mantener una postura erguida ante una posible disfunción en alguno de los miembros que la afectan; ¿es malo? No. ¿Es irregular hasta ek punto de deber corregirlo? Es irregular pero una corrección tardía no va a llevar a una persona que padece escoliosis a modificarla de forma completa.

Con la técnica CRISPR ocurre algo un tanto similar, salvando las distancias...Un par de estudios han llegado a la conclusión de que, si bien la mencionada técnica puede utilizarse para evitar la aparición y desarrollo de enfermedades hereditarias y tumores puede darse lugar a que aparezcan estos últimos. Existe ya en nuestro cuerpo un marcador para aquéllos casos en los que las células sufren alteraciones como las que surgen de la edición genética; se trata del P53 que, en caso de no existir o ser defectuoso no podría controlar los cortes que se hacen en el ADN para sustituir las partes defectuosas lo que daría lugar a tumores.

Tal y como dice Manuel Serrano, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona “Utilizar células que han crecido [en un laboratorio] para cualquier tipo de terapia es de por sí peligroso porque va a dar ventaja a células que tengan alteraciones. En nuestro cuerpo siempre tenemos células aberrantes, es normal, así que si ponemos 100.000 células en cultivo, una o diez van a tener esas mutaciones, y al no tener p53 u otros genes con funciones similares, se van a multiplicar más que las demás y van a dominar al resto”, añade.

Con estas palabras, el científico no trata de decirnos que la edición genéticasea imposible o, incluso, ineficaz, sino menos eficiente. Quizás lo que ha ocurrido con esta tecnología es que las expectativas eran muy elevadas (con razón), pero eso no puede servir de óbice para que deje de investigarse en el tema y, quizá algún día puedan hcerse todas aquellas enfermedades a las que se podría aplicar esta técnica.


Fuente: aquí

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