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miércoles, 23 de mayo de 2018

La extensión de la patente farmacéutica en China

Tal y como se podía leer el pasado 16 de mayo aquí, la empresa de noticias Reuters daba a conocer que se amplia a partir del mes que viene la protección que se otorga en China a los productos farmacéuticos, que pasarían de 20 a 25 años, según se argumenta para acallar las críticas a la violación de las reglas de propiedad industrial de EE. UU. de que tanto se acusa a este país asiático. Del mismo modo, se ha desechado la idea de aplicar impuestos a la importación de medicamentos.

Por lo general la protección que otorga una patente es de 20 años desde el momento en que ésta es solicitada. Desde ese momento empieza a correr no sólo el plazo que se acaba de mencionar sino también el plazo de cinco años en que debe cumplirse la obligación de uso del objeto de la patente (producto o procedimiento), obligación que sólo podrá dejar de tenerse en cuenta en casos justificados (causas justificativas), en el caso de los productos farmacéuticos estas causas justificativas están fundamentadas en la tardanza desde el momento en que se descubre el elemento que se patenta hasta que se logran superar todas las fases que se exigen para que el producto pueda ser administrado de forma segura a humanos o animales, en su caso, y así se establezca por parte del organismo competente.

Para suplir esta serie de procesos, que suele llevar unos 10 u 11 años se creó la figura de los Certificados Complementarios de Protección que pueden llegar a conceder un plazo adicional de 5 años como máximo a la patente inicial desde el momento en que ésta entra en vigor y se solicita el certificado al órgano competente.
Una vez transcurrido el plazo de patente y el correspondiente CCP, en su caso, se abrirá el plazo en que terceras empresas puedan desarrollar los productos genéricos o biosimilares, dependiendo de cada caso, momento en el que la empresa que originalmente ha llevado a cabo la solicitud de patente dejará de tener el derecho de explotación exclusiva sobre ese producto.

La extensión a la que ahora se hace referencia, era un instrumento algo temido en China puesto que una protección más larga no haría más que retrasar la entrada de genéricos creados por las empresas locales (dedicadas a la creación de éstos principalmente), otorgando a las empresas que han creado los productos originales unos mayores beneficios al seguir vendiendo sus productos a un precio más elevado que el de los genéricos a pesar de que éstos constarían con todas las medidas legales y sanitarias pertinentes para su consumo.

Esta repentina extensión del plazo de protección respondería a las fricciones en las relaciones entre China y EE.UU. el cual ofrecería una mayor protección al mercado chino (de gran interés por su volumen y el envejecimiento poblacional) por medio del otorgamiento de nuevas exportaciones al gigante asiático, algo que, por ejemplo, Japón ya tiene en cuenta.

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